Las cuentas de gestión, o cuentas de resultados del ejercicio, representan la variación (aumento o disminución) del patrimonio neto de la empresa durante el ejercicio.
Estas cuentas son:
Al comenzarse el ejercicio, los saldos de todas y cada una de las cuentas de gestión es cero.
Durante el ejercicio, van realizándose anotaciones en las cuentas del grupo 6 (gastos, normalmente) y del grupo 7 (ingresos, normalmente).
En consecuencia, la variación del patrimonio neto vendrá dada por la suma de los saldos que tengan todas estas cuentas que, si refleja un aumento patrimonial, tendrá valor acreedor.
Si, por cada cuenta que tenga saldo deudor, hacemos un abono en la propia cuenta por el mismo valor y utilizamos como contrapartida la cuenta 129 y, por cada cuenta que tenga saldo acreedor, hacemos un cargo en la propia cuenta por el mismo valor y utilizamos como contrapartida la cuenta 129, tendremos la siguiente situación:
La Regularización consiste en “transferir” el saldo de las cuentas de los grupos 6 y 7 a la cuenta 129 (Resultado del ejercicio).
Si el saldo de la cuenta 129 es deudor, ha habido pérdida y, si es acreedor, beneficio.